Descripción del enigmático animal
El animal fue descrito como una mezcla de diferentes especies, lo que lo hacía aún más desconcertante. Según testigos como Manuel Vargas Baena, Concepción Montenegro Álvarez y su sobrino Adolfo Ávalos Montenegro, la criatura tenía el tamaño y forma de un perro lobo, pero con un cuerpo más alargado y características inusuales: un lomo rubio y oscuro, pecho blanco, y una cabeza fina que terminaba en un hocico puntiagudo. Lo más inquietante eran los dos cuernos oscuros que emergían de su frente, de unos veinte centímetros de longitud, y un rabo largo y poblado.
La criatura, que algunos relacionaron con la raza Manati-Cifra, era vista galopando sobre dos patas cerca de las huertas y, cuando se sentía en peligro, se sumergía en las aguas del Genil, permaneciendo escondida hasta que el peligro pasaba, gracias a su aparente instinto de supervivencia.
¿Un críptido o un animal abandonado?
El misterio en torno a la criatura creció a medida que se propagaban los relatos. Algunos disparos fueron hechos en su dirección, pero la criatura escapaba rápidamente, zambulléndose en el agua. Los horticultores, atemorizados, trataban de evitar la zona. Las descripciones se volvían cada vez más fantásticas, hablando de un ser que buceaba como una morsa, pacía hierbas como un caballo, y poseía un rabo que causaba terror a quienes lo veían.
A pesar del pánico y la confusión, algunos vecinos de Écija sugirieron que la criatura podría ser un animal de circo abandonado, lo que podría explicar su apariencia extraña y su comportamiento inusual. Sin embargo, esta explicación no logró calmar del todo las especulaciones sobre el origen del enigmático ser.
Otras criaturas y relatos en la zona
La historia de la extraña criatura de Écija no es la única en la región. Relatos anteriores hablan de la captura de un animal igualmente extraño en Puente Genil por Nicolás Chaparro Rejano. Este animal, que tenía la apariencia de un pequeño búfalo con seis patas, sin ojos, y una trompa en la frente, también cubierto por una concha negra, agregó otro nivel de misterio a las leyendas locales.
Un misterio sin resolver
Hoy en día, la historia de la criatura de Écija sigue siendo un enigma. La falta de pruebas concretas y la mezcla de descripciones fantásticas han dejado a este críptido en el reino de lo desconocido, alimentando las leyendas locales y la imaginación de quienes habitan en la región. Aunque las autoridades locales no tengan registros oficiales del caso, la memoria de los vecinos mantiene viva la historia de un ser extraño que alguna vez causó pánico en las riberas del río Genil.