Enclavada en la histórica ciudad de Ronda, la Casa Rúa es una construcción abandonada que ha sido el epicentro de numerosas historias de fenómenos paranormales. Desde su construcción en 1914, esta edificación ha estado envuelta en misterio y tragedia, convirtiéndose en un lugar de interés para los aficionados a lo sobrenatural y los investigadores de lo desconocido.
Historia de la casa Rúa
Orígenes y esplendor
La Casa Rúa, también conocida como «Villa Apolo», fue obra del Maestro Rúa, un experto en construcciones estivales. Completada en 1914, la casa es testigo de una época de esplendor que se refleja en las fotografías de Miguel Martín. En los años 50, la propiedad pasó a manos de Don José Hens y su esposa, Doña Apolonia Tienda. La familia Hens, conocida por su talento musical, convirtió la casa en un centro de reuniones sociales, celebrando bodas, comuniones y fiestas.
Transformaciones y declive
La casa, que contaba con una piscina moderna para la época y una pista de tenis, también albergaba una capilla donde se oficiaban misas en latín por un sacerdote francés. Sin embargo, con el tiempo, la propiedad comenzó a declinar. El último propietario, el arquitecto Don José María Sánchez Robles y Tarín, intentó transformarla en un hotel de lujo, pero enfrentó problemas legales que dejaron la casa en ruinas.
Según algunos historiadores, la torre que se encuentra al final de la explanada de Villa Apolo fue construida por los franceses durante la ocupación de Ronda, para controlar en la distancia el paso por el Puente Nuevo. Según otro, esta torre fue construida simplemente para ocultar un transformador que daba corriente a la casa.
La leyenda y el pasado trágico
La desaparición misteriosa
Según la leyenda, la Casa Rúa fue escenario de una tragedia que aún resuena en sus muros. La familia Rúa, anterior propietaria, contrató cuidadores para sus hijos, pero un día, una de las niñas desapareció misteriosamente. La búsqueda llevó a un descubrimiento horripilante: el cuerpo de la niña fue hallado en la torre de la casa, brutalmente descuartizado.
El fantasma vengativo
Desde entonces, se dice que el espíritu de la niña asesinada vaga por la torre, buscando venganza. Los vecinos han reportado escuchar llantos y lamentos, especialmente en noches oscuras y silenciosas, alimentando la reputación de la casa como un lugar encantado.
Investigación paranormal en la casa Rúa
Equipos y técnicas
Intrigados por los numerosos relatos de actividad paranormal, un grupo de investigadores se adentró en la Casa Rúa. Equipados con cámaras, grabadoras de audio y detectores de EMF, documentaron fenómenos inexplicables desde el primer momento. Imágenes borrosas y figuras inquietantes fueron captadas en las habitaciones deterioradas, y los detectores de EMF registraron fluctuaciones inexplicables.
Fenómenos inexplicables
Durante la investigación, los miembros del equipo relataron haber escuchado susurros y risas infantiles provenientes de habitaciones vacías, además de golpes y suspiros que resonaban desde las profundidades de la casa. Algunos afirmaron haber sentido una presencia fría y escalofriante que los seguía.
Objetos en movimiento
No solo los sonidos perturbadores inquietaron a los investigadores; también observaron cómo objetos se movían sin explicación aparente. Sillas que se desplazaban solas y puertas que se cerraban de golpe añadieron un elemento de misterio a la investigación.
Comunicación con el más allá
Utilizando técnicas de espiritismo y grabaciones de voz electrónicas, los investigadores intentaron comunicarse con las posibles entidades presentes. Aunque los resultados fueron inconclusos, algunos fragmentos de audio parecían contener susurros y voces ininteligibles, intensificando la sensación de que la Casa Rúa está realmente embrujada.
Visitas guiadas y rutas por la casa Rúa
Actualmente no es posible visitar la casa Rúa, ya que se trata de una propiedad privada y el recinto se encuentra vallado. Además, debido al deterioro por el abandono del lugar, el tejado de la construcción se ha venido abajo y acceder al inmueble puede resultar peligroso.