El exorcismo de Almansa

En septiembre de 1980, el pequeño pueblo de Almansa, en la provincia de Albacete, fue escenario de un brutal y aterrador suceso que conmocionó a toda España. Carmen González Fito, una curandera local, y su amiga Mari Ángeles Rodríguez, protagonizaron uno de los crímenes más atroces de la historia reciente del país, conocido como El Exorcismo de Almansa. Lo que comenzó como una obsesión por los espíritus malignos terminó en una tragedia de proporciones inimaginables.

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El contexto: Rosa Gonzálvez Fito y su práctica como curandera

Una curandera reconocida en Almansa

Rosa Gonzálvez Fito nació el 5 de enero de 1954 en Almansa, un pueblo con una rica historia y una arraigada tradición de curanderos. En 1990, Rosa trabajaba como sanadora, una práctica que implicaba la imposición de manos y la elaboración de brebajes de hierbas para sus pacientes. A pesar del escepticismo que podría esperarse en la sociedad de la época, Rosa prosperaba en su negocio, llegando incluso a convencer a su marido, Jesús Fernández Pina, de que abandonara su trabajo para ayudarla en su consulta.

La creencia en sus poderes y la influencia sobre su entorno

De la sanación a la paranoia

Rosa no solo se dedicaba a la curación; realmente creía que tenía poderes divinos, un pensamiento que fue fortaleciéndose con el tiempo. Atraída por el rumor de que los mejores curanderos trabajaban en parejas de hermanos, Rosa convenció a su hermana Ana para unirse a ella, elevando así su prestigio. Además, Mari Ángeles Rodríguez Espinilla, una seguidora devota, se integró al grupo, influenciada por Rosa al punto de alejarse de su propia familia y creer que su esposo estaba poseído por el mal.

La noche trágica: ritual y desenlace

Casa de Almansa
Lugar en el que estaba ubicada la casa, que fue demolida.

El inicio de la locura

El 15 de septiembre de 1990, Rosa, junto con Ana, Mari Ángeles y Mercedes (hermana de Mari Ángeles), se embarcaron en una noche de excesos que culminó en un brutal ritual. Tras ingerir sustancias psicotrópicas preparadas por Rosa, las mujeres entraron en un trance psicótico, convencidas de estar comunicándose con figuras religiosas como San Jerónimo y Jesucristo. La situación se volvió aún más caótica cuando, tres días después, Mari Ángeles comenzó a menstruar, lo que Rosa interpretó como una señal de posesión demoníaca.

La tortura de Rosita

La paranoia alcanzó su clímax cuando Mari Ángeles, bajo la presión de la paliza de Rosa, acusó a la pequeña Rosita de estar embarazada del diablo. Esto desató un acto de violencia indescriptible: Rosa, con la ayuda de sus compañeras, sometió a la niña a una tortura brutal. Introduciendo sus dedos en la vagina de Rosita, comenzó a arrancarle las entrañas en un intento de «expulsar» al demonio. La pequeña, en su agonía, solo podía pedirle a su madre que terminara pronto, mientras Rosa gritaba «Gloria a Dios» y «Sal cabrón». El ritual continuó hasta que la niña murió desangrada, y Rosa siguió extrayendo sus órganos, mientras el trío bailaba alrededor del cadáver.

La intervención de la policía y la sentencia judicial

La acusada llegando a dependencias de la Guardia Civil aún con restos de sangre.

La escena del crimen y el juicio

La orgía de violencia duró hasta la mañana siguiente, cuando el marido de Rosa, Jesús, finalmente accedió a la habitación. Lo que encontró fue una escena de horror absoluto: los restos destrozados de su hija y su esposa en un estado de frenesí.

Tras la llegada de la Policía Municipal, Rosa y sus cómplices fueron detenidas. Durante el juicio, se determinó que María Mercedes no participó directamente en la muerte de Rosita, por lo que fue puesta en libertad. Rosa y Mari Ángeles, sin embargo, fueron declaradas no responsables legalmente debido a un trastorno mental transitorio, lo que les permitió evitar una condena por el atroz crimen.

La vida después del horror: consecuencias y legado

Una casa marcada por la tragedia

Tras los hechos, la casa donde ocurrió la tragedia quedó vacía, sin que nadie se atreviera a comprarla. Finalmente, fue demolida. Sin embargo, la sombra del crimen siguió acechando a Almansa. Durante años, grupos satanistas se infiltraron en el cementerio local para realizar rituales frente al nicho de Rosy. Para evitar más vandalismo, el ayuntamiento y la familia decidieron retirar su nombre de la lápida.

Un inquietante silencio

La omisión de la comunidad

Un detalle inquietante que ha perdurado en la memoria colectiva es el hecho de que, a pesar de que muchos vecinos escucharon los desgarradores gritos de Rosy, nadie intervino. Una vecina confesó haber escuchado los gritos de auxilio, pero el miedo la paralizó, optando por rezar en lugar de actuar.

El exorcismo de Almansa como reflejo de la oscuridad humana

El exorcismo de Almansa es una historia que revela lo profundo y oscuro que puede llegar a ser el comportamiento humano bajo la influencia de creencias extremas y paranoias. Este trágico suceso, envuelto en locura y violencia, sigue siendo un caso emblemático de la historia criminal española, recordándonos las terribles consecuencias de la superstición y el fanatismo.

Vídeos sobre el exorcismo de Almansa

¿Dónde ocurrió el exorcismo de Almansa?

Calle Valencia, 4, 02640 Almansa (Albacete) España Cómo llegar
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